Pedro Sánchez manda una fotopolla

Pedro Sánchez manda una fotopolla a la reunión virtual del Consejo de Ministros

La imagen iba acompañada del siguiente mensaje: «Toma paquete de medidas»

  Pedro Sánchez manda una fotopolla a la reunión virtual del Consejo de Ministros

  La celebración telemática del Congreso de Ministros se ha iniciado con un mensaje del Presidente del Gobierno a todos los ministros. El mensaje no era otro que una fotopolla anunciando un gran paquete de medidas.

“Esta situación la vamos a resolver con la polla fuera”, anunciaba Sánchez ante el estupor de los ministros.

El orden del día del Consejo de Ministros se ha centrado en la valoración de las medidas económicas, sanitarias y sociales a tomar frente la crisis generada por el coronavirus. La reunión se ha desarrollado con normalidad con apuntes de Pedro Sánchez como: “esto es la polla”, “…y un cojón vamos a investigar al Rey”.

Tras varias reprimendas a Sánchez por parte de los ministros, el Presidente se ha calmado y sólo ha enviado memes sobre el coronavirus y la monarquía.

Después de varias horas de reunión y toma de decisiones el ejecutivo ha presentado finalmente una serie de medidas para hacer frente a la crisis. Durante su comparecencia Pedro Sánchez ha hecho el ademán de bajarse la bragueta creando el pánico entre su equipo de protocolo. Finalmente, se ha centrado simplemente en dar la información correspondiente para alivio de sus asesores.

Sánchez anuncia la creación del Ministerio de Inventarse Ministerios

 El Gobierno determinará quién tiene coronavirus por el método del pito, pito  «Es más barato que los tests que compramos. E igual de fiable»

gobierno

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, explica que la mecánica de este nuevo test consiste en ponerse en medio de un círculo de 5 a 10 personas, señalar con el dedo a una de ellas y empezar a recitar una versión adaptada de la canción infantil que dice:

“pito, pito, coronavirus, ¿dónde vas tú tan malito?”.

Con cada sílaba se pasa a señalar a una de las personas contiguas en el sentido de las agujas del reloj. Al acabar la canción, se determina que la persona a la que se está señalando tiene un positivo en coronavirus.

“Pero para ser científicamenterigurosos debemos señalarnos a nosotros mismos al final de cada ronda para que nos pueda tocar el coronavirus al igual que a cualquier otro participante”,-ha declarado el ministro Illa-. No hay que ser tramposillos, ¿eh? Que nos conocemos y en este país somos mucho de la picaresca”.

La policía empezará a multar a la gente que dice ‘Pues igual el virus somos nosotros’

‘Solo faltaba que aparte de estar confinados tengamos que aguantar tonterías de este calibre’

Multas

El Gobierno ha anunciado esta mañana que ha modificado las leyes que definen el Estado de Alarma.

Concretamente han añadido a través de un decreto ley una nueva sanción de 800€ a ‘Aquella persona que, sin que nadie le haya preguntado, empiece a dar la brasa con que si nosotros somos el virus, la naturaleza está mucho mejor sin nosotros y no sé cuánto. Si tanto repudia a la humanidad esa persona, que se sienta libre de arrojarse por una ventana pero que deje de dar la murga a los demás bajo pena de sanción de 800€’.

Esta primera medida es la antesala a otras que baraja el Gobierno como sanciones a aquellos vecinos que toquen mal un instrumento en el balcón, que canten desafinando o que proyecten videoclips de Pablo Alborán. Las sanciones irían de lo económico a las penas de cárcel en el último caso.

Finalmente también se estudia instaurar un chequeo de vegijas de los perros a ver si es verdad que están sacándolos a mear o es una excusa.

Transparencia

  Existe un mantra muy afianzado entre los nostálgicos de la dictadura y sus simpatizantes, así como entre todos los fóbicos de lo que suene a izquierda a la que acusan hasta de las siete plagas de Egipto, de que durante el franquismo no hubo corrupción, y mucho menos de carácter institucional.

Dada el volumen y la extensión de los casos, os dejo un video donde se recogen algunos de los episodios más relevantes. Dura más de cincuenta minutos, pero sin duda alguna para los que os interese este tema merece la pena verlo entero.

Todavía queda algo de esta cultura, y no solo en la derecha obviamente. Algo que entre todos debemos contribuir a erradicar definitivamente por el bien de nuestro país.

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  La corrupción es cultural y no tiene ideologia

Con Franco se institucionalizó hasta empapar los rincones más profundos del Estado.

Esa es, te guste o no, otra de las herencias del franquismo, en el que era vox populi las tramas corruptas que existían en el poder, y la impunidad con la que funcionaban.

Hoy en día, poco a poco, eso se está corrigiendo. Durante la dictadura era impensable que alguien de la alta clase política, o un militar de gran rango, o las personas más cercanas a los mandamases del régimen terminarán en la cárcel por este tipo de escándalos.

Eso ha cambiado, y debe seguir haciéndolo.

Feminazis

-Mein fuhrer tenemos el apoyo de un grupo nuevo …

-¿Como se denominan?-

-Feminazis-

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A bunch of feminazis are campaigning to get Philip Davies MP sacked for saying in a speech that “feminist zealots really do want have their cake and eat it.”

As stories go this is right up there with: “Pope demands apology for outrageous ‘He’s a Catholic’ claim” and “Bears in furious denial of ‘sub-arboreal defecation’ slur.”

But the Guardian and the Guardian-reading bully mob clearly think that this is an issue of momentous significance because they’ve published a story titled “Pressure mounts on PM to respond to Philip Davies’ feminist zealots’ comments.”

Though I’ve read it half a dozen times now, I still can’t for the life of me what Davies has done wrong.

Is it his suggestion that feminists are zealots? If so, QED I’d say: their wild over-reaction proves his point more eloquently than anything Davies could have said in a speech.

If on the other hand, it’s the part about wanting to “have their cake and eat it” that’s made them turn all psycho, well what the speech shows is that Davies has taken considerable care to back up his point with concrete examples from real life.

“I don’t believe there’s an issue between men and women. The problem is being stirred up by those who can be described as militant feminists and the politically correct males who pander to this nonsense.

“It seems to me that this has led to an ‘equality but only when it suits’ agenda that applies to women. The drive for women to have so-called equality on all the things that suit the politically correct agenda but not other things that don’t is of increasing concern to me.

“For example, we hear plenty about increasing the numbers of women on company boards and female representation in parliament; however, there’s a deafening silence when it comes to increasing the number of men who have custody of their children or who have careers as midwives. In fact, generally there seems to be a deafening silence on all the benefits women have compared to men.”

Davies, in other words, is the victim of the same witch hunt hysteria that did for Nobel-prizewinning geneticist Sir Tim Hunt and Saatchi chairman Kevin Roberts. (Except in this case, it’s the witches themselves who are doing the hunting and generating the hysteria).

What’s particularly terrifying about these vindictive SJW harpies’ tactics – known as “Point and shriek”  and “Isolate and swarm” – is that for the victim the truth is no defence.

Sir Tim Hunt said nothing wrong, has an impeccable track record of encouraging women scientists and was simply making a mildly clumsy joke; Kevin Roberts was making an honest comment, borne of years in the advertising industry, about the differing attitudes to ambition among male and female employees; Philip Davies was making an unexceptionable, empirically demonstrable observation on the way society’s pendulum appears to have swung excessively in favour of women.

But as so often with a certain kind of woolly-headed woman who hasn’t had a proper shag in a very long time, it isn’t the truth of what is being said that is the problem; rather it’s the burning sense of grievance which must be assuaged at any cost.

In medieval times, society took a robustly pragmatic approach to dealing with the kind of cry-bully harridans currently shrieking for poor Philip Davies’s testicles: trial by ducking stool. If the screeching hag floated, then she was clearly a witch and had to be burned at the stake; if she drowned then she was probably innocent.

Perhaps, if the eye of newt and toe of frog crew at places like the Fawcett Society and the Everyday Sexism stopped to think for a moment, they’d realise that this was exactly the kind of rough justice they are now seeking to impose on men.

Then again, to understand this point would require a reasonable sense of proportion and logic, and possibly a hint of a sense of humour.

So no go on that front, eh?

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